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jueves, 3 de noviembre de 2011

AGRONEGOCIOS EN LA RELACIÓN PRODUCCIÓN- COMERCIO-MEDIO AMBIENTE


- El “medio ambiente” y el “comercio internacional”, son factores que ejercen, mas que otros, “una influencia considerable en la agricultura de todos lo países, modulando ab initio, sus procesos de desarrollo y las proyecciones hacia el mercado”.

    - Por un lado, el respeto y la tutela del medio ambiente condicionan constantemente a las técnicas de cultivo y de cría de ganados- también en la perspectiva de un mejoramiento de la calidad de los productos-, por otro lado, en vista de su comercialización en los mercados son las reglas del comercio internacional las que influyen en las mismas organizaciones empresariales, sobre todo, en cuanto a la disciplina de los precios (ORLANDO, Pietro Romano. “La dimensión internacional del Derecho Agrario”, in MASSART, Alfredo. SANCHEZ HERNANDEZ, Ángel. Manual de Instituciones de Derecho Agroambiental Euro-Latinoamericano, Scuola Superiori di Studi Univesitari e di Perfezionamento S. Anna, Italia. Universidad de La Rioja, España. Edizione ETS, Pisa, 2001, p. 466).

    - Estamos ante un fenómeno mundial, mundo en el cual estamos insertos; globalización de la economía a la cual no escapa el sector primario (la agricultura), constituyéndose en el centro del “tratamiento multilateral” hasta tal punto de conducir a una “internacionalización de las normas” que la regulan, las que en cascada luego repican en los mercados comunes logrados mediante la integración de los Estados y, su incidencia a nivel nacional.

  - Las consideraciones que se efectúen de la agricultura cobran una nueva dimensión, merced a la comercialización de los frutos y productos agrarios.
  - Y, es en este escenario ampliado por la "integración", en donde se desenvuelve la actividad agraria, la cual vive profundas e incisivas transformaciones que trascienden, en un constante proceso de renovación, el ámbito territorial del ordenamiento de pertenencia, abriéndose a la dimensión  internacional.

  - Las “relaciones entre agricultura - medio ambiente y comercio internacional” amplían la dimensión territorial y confirman su incidencia en el espacio y en el tiempo, mediante una nueva consideración de su rol y de sus funciones, también bajo un perfil axiológico.

   - "Factores externos", que pueden conferir a la "agricultura" dimensiones intersectoriales e internacionales cada vez más vastas y articuladas son:
   
 1) Relaciones y proyecciones internacionales
    2) adquisición de mercados externos
    3) aceptación de nuevas reglas e implicancia en el comercio mundial (ORLANDO, Pietro Romano. El proceso de internacionalización del derecho agrario. Santa Fé. Dirección de Publicaciones. Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad Nacional del Litoral, 1.998, pp. 291 - 292).

   - A este proceso debe acompañar el conjunto normativo, operando la “internacionalización del Derecho agrario”, concretado tanto en un derecho internacional (producto de relaciones multilaterales) como en un derecho comunitario, de base regional que condiciona la forma de ser de los derechos nacionales de los Estados partes que conforman una determinada integración.

   - Es necesario "rediseñar productos y procesos" para hacerlos compatibles con el "ambiente".


  - Los “productos ecológicos” no son fenómenos de moda de breve duración, sino los primeros signos de una transformación de los mercados en la dirección de una economía de consumo junto a la naturaleza.
 
  - Los “métodos de producción” deben repensarse, las empresas deben adaptarse a un nuevo modelo de desarrollo, el cual se manifiesta también como una oportunidad en el mercado para obtener enormes ventajas.

  - El "Estado" cumple dentro de este proceso inevitable importantes funciones. Debe fijar el campo de actuación de las empresas con claridad.

  - Los "empresarios inteligentes" consideran un gran valor a los "acuerdos y a los ordenamientos jurídicos" claros.
  - Lo que las empresas rechazan son los cursos políticos oscilantes y los cambios de las normas.

  - El Estado debe promover y alentar líneas de desarrollo productivo en armonía con la naturaleza.

  - La “cadena de valor” se presenta como el instrumento fundamental para establecer la posición de las empresas en el mercado y diagramar estrategias para mejorar la competitividad.

  - La “diferenciación del producto y/o del proceso” con fundamento en cuestiones vinculadas con el “medio ambiente” puede proporcionar indudables ventajas a la empresa dispuesta a realizar estos desafíos.

  - El concepto de “calidad de productos y procesos” en función de las “exigencias ambientales” está experimentando un relevante dinamismo que lleva a una ampliación de tal concepto, y las empresas son preguntadas por clientes, inversores e incluso por autoridades públicas acerca de estos parámetros.

  - La “calidad” debe lograr responsabilidad y compromiso para la reducción de:
  • inadecuaciones en el diseño para satisfacer necesidades del usuario
  • defectos de producción; escasas inspecciones en los procesos
  • inadecuadas comunicaciones entre miembros de un canal interno o externo, que producen ineficiencias
  • altos niveles de desechos del proceso productivo; infrautilización de recursos y duplicación de actividades internas
  • falta de comprensión de las directivas impartidas por los responsables de las tareas
  • provisión de materia prima inapropiada.      
    - La “calidad” debe adoptarse como "filosofía empresarial" que interpenetra todos los eslabones de la cadena de valor:
  •  investigación y desarrollo
  • diseño
  • producción
  • pre- venta
  • entrega
  • posventa) para posicionar en el mercado una imagen de confiabilidad y seguridad y lograr repetidos procesos de compra por parte del consumidor.
     - Se advierte un creciente número de empresas o conjunto de empresas que se someten a diversos “estándares de calidad ambiental”, y que a su vez exigen a otras personas o instituciones que integran su cadena de valor (como por  ejemplo los proveedores) a certificar una determinada calidad ambiental.
 
  - El "respeto a exigencias ambientales" permite a las empresas que realizan agronegocios:
  • conservar y mejorar su posición en los mercados en los que actúan y
  • además conquistar nuevos mercados.     
    - Pero fundamentalmente, este respeto se inserta dentro de una “ética solidaria”, que considera las necesidades de la humanidad presente sin olvidar la necesidad de conservar el planeta que hemos recibido en condiciones de sustentabilidad para las generaciones futuras.

    - No basta reducir, reusar y reciclar, sino que es necesario el “rediseño” para que los productos, luego de su vida útil, se incorporen como insumo al ambiente.

    - Es conveniente considerar a  la "gestión de calidad" como un "proceso continuo de acciones" que genera una valorización constante de los productos ofrecidos por la empresa.

   - Desde el punto de vista de los agronegocios, la "variable ambiental" en el "proceso de producción de alimentos", no puede ser hoy dejada de lado, sino que por el contrario, se la contempla como una estrategia para mantener o aumentar la "rentabilidad de las empresas".

   - La “variable ambiental” ha sido tomada como un eje central en lo que hace a la "planificación y gestión empresaria" de estas empresas, involucrando en esta visión a los cultivos así como a las crianzas de ganado,  y también al proceso de transformación y comercialización posterior, que supone la agroindustria (Véase: DÍAZ LANNES, Federico S. “Cadena de valor en los agronegocios: entre el  cambio tecnológico y el medio ambiente”. II Seminario sobre Agronegocios. UNSE, Santiago del Estero, 20 de octubre de 2011).



  - También operan “limitaciones” en la relación “agronegocios- ambiente”, ya que la variable ambiental puede operar como “barrera para arancelaria”.

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